PELIGRO EN EL QUIROFANO – CÓMO ELEGIR A TU CIRUJANO
La trágica muerte de una mujer de 38 años debe alertarnos como especialistas y pacientes sobre las complicaciones y riesgos de cualquier cirugía. Es un derecho conocerlos y exigirlos.
Cuando en nuestra cabeza nace la fantasía de transformarnos en una mejor versión de nosotros mismos, nos ilusionamos. Iniciamos la búsqueda frenética de nuestro match en la relación paciente-doctor, y es bastante común que veamos cirujanos príncipes donde realmente hay sapos. Y clínicas castillos en pantanos fangosos.
Y aunque cada cirugía tiene un riesgo asociado, hay maneras concretas de disminuirlos lo más posible.
TRIÁNGULO DE LA SEGURIDAD
Vamos desenmascarando sapos y pantanos paso a paso. Según la Sociedad Chilena de Cirugía Plástica, se debe cumplir con el llamado triángulo de la seguridad.
Paciente Informado
Como en cualquier relación que comienza, lo primero es conocerse. Será nuestra responsabilidad número uno preguntar y ser consciente de las complicaciones que puedan surgir. Recuerda que tu cuerpo es único y puede reaccionar de diferentes maneras. Hazte los exámenes que te pidan y despeja cualquier duda ¡No hay preguntas tontas!
Cirujano Certificado
No te fijes en su melena brillante ni en sus versos oníricos. Todos prometen lo mismo. Fíjate en que ese príncipe del bisturí esté acreditado por la Universidad Católica de Chile, Universidad de Chile, Corporación Nacional Autónoma de Certificación de Especialidades Médicas (CONACEM) o por la Superintendencia de Salud.
La acreditación certifica que el especialista ha realizado la debida formación académica de la especialidad médica de cirugía plástica en todas las áreas reconstructivas y estéticas.
Recinto Autorizado
Sólo cásate si cumple con las normativas de seguridad y calidad de atención al paciente exigidas por la Superintendencia de Salud. Minimiza los riesgos de tu cirugía.